FIN DE VERANO EN CALA D´EN BASTER
Poco a poco se va terminando el calor, aunque todo hay que decirlo este año le cuesta mucho más hacerlo. Inevitablemente los días se están haciendo más cortos y el frío aparece ya durante la noche, aunque de día tenemos buenas temperaturas. Las playas y costas van apareciendo cada vez más desiertas y de nuevo la tranquilidad invernal va apareciendo por la costa.
En Formentera existe una pequeña pero original cala, llamada cala d´en Baster ó cala en baster, prefiero la primera denominación. Existe poca arena, algunas rocas y cuando las aguas están tranquilas es un buen lugar para tomar un chapuzón.
Lo más significativo de la cala son unas cuevas hechas por la mano del hombre, concretamente por marineros para guardar sus pequeñas embarcaciones de pesca, durante el verano están diariamente navegando por las cercanas aguas, pero en cuanto llega el invierno, hibernan en sus cuevas, como hibernan también esas famosas lagartijas de Formentera.
Las largas maderas que sirven para llevar las embarcaciones al mar se van deshaciendo con la fuerza del mar, las embarcaciones empiezan a oxidarse, aunque en primavera se les quitará ese óxido que les ha producido la inactividad invernal, se volverán a pintar y a ponerse a punto para de nuevo navegar.
Desde sus cuevas las solitarias embarcaciones quedan con la vista del pequeño precipicio que se yergue enfrente, el cual ofrece unas vistas únicas de la minúscula bahía.
Un merecido descanso invernal de las embarcaciones, que estarán allí a salvo del enfurecido mar que golpea esas rocas cercanas, con la única visita de tal vez algún visitante que fotografíe las cuevas con paredes ocre, esculpidas por fuera por el viento o del dueño de la embarcación para comprobar in situ que la pequeña barca sigue ahí esperando que el tiempo mejore y de nuevo pueda salir a navegar.
