jueves, 27 de mayo de 2010

TORRE DE PORTINATX


TORRE DE DEFENSA DE PORTINATX

Ibiza por ser una isla, por estar situada en un cruce de continentes, cercana a la costa africana y europea y estar en un lugar estratégico, cruce de civilizaciones, antaño fué un lugar ideal para las incursiones de piratas, corsarios y demás elementos que necesitaban para la protección de sus habitantes de algunos modos de autodefensa para evitar (cuando se podía) esos peligrosísimos ataques procedentes del exterior y que tanto pánico infundían a sus pacíficos habitantes. Numerosos romances y leyendas hacen mención a algunos de esos terribles ataques y raptos de sus tranquilos habitantes que fueron arrancados de sus raices y fueron tratados como esclavos para los berberiscos, turcos ó africanos.

Por ese motivo se construyeron a lo largo de la costa ibicenca, unas torres de vigilancia para alertar a la población tan pronto se divisaba un barco enemigo acercándose a las costas de la isla. Concretamente esta torre es la más septentrional de la isla. Está situada en el puerto de Portinatx, data del siglo XVIII y curiosamente es de las menos conocidas de todas ellas. Está situada sobre una cuota de 45 metros y se observa una bonita vista sobre la costa de Na Xamena. Desgraciadamente está en una zona salvajemente urbanizada, pero no deja de ser especialmente interesante visitarla. Sus características son similares a la Torre des Sabinar ó des Cap des Joeu en Cala D´hort. Del garitón original nos queda algo sobre la torre. Nunca fué artillada y se utilizó sólo como atalaya (es decir, de observación).

domingo, 9 de mayo de 2010

IBIZA MEDIEVAL



IBIZA - PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

Durante tres días Ibiza vuelve a su pasado medieval y se prepara engalando sus calles.

La Unesco en 1.999 declaró "Patrimonio de la Humanidad" el casco antiguo de Dalt Vila en Ibiza, y debido a ello se decidió desde entonces hacer un festival medieval en este marco cada segundo fin de semana de mayo, creando el Mercado Medieval.

Tres días de intensa actividad en esta ciudad del pasado y donde tanto la gente local como los visitantes disfrutan de muchas actividades. Una forma de regresar al pasado...

Trovadores, músicos, místicos, guerreros, cartagineses, payeses, brujos.... para todo el mundo hay un sitio en este megafestival.

También se realizan una serie de conciertos clasicos en el que domina principalmente las piezas clásicas barrocas. En este caso se interpretan al refugio silencioso de la Iglesia de Santo Domingo ó en la propia Catedral de Ibiza.

Las boutiques de moda adlib, comparten estos tres días con otras curiosidades, como son los vestidos y trajes un poco "retros", e incluso hábitos templarios, que tienen un curioso mercado y cierta demanda en este sitio.

También la cetrería tiene aquí su lugar, donde se pueden observar los vuelos de halcones domésticados, aguilas, buhos o algúna variedad totalmente ajena a la isla como este buitre que comparte su curiosidad con la de los numerosos visitantes que acampan a su alrededor.

Podemos observar desde métodos de escritura antiguos, útiles de entonces, herramientas, etc.

Las ruecas de los cuentos antiguos también se hacen presente en las calles de la ciudad. Con un marco ideal nos presentan las novedades y la última moda del medievo.

Soldados, guardas, trovadores, bufones, caballeros, templarios, monjes.... de todo encuentra el visitante paseando entre ellos...

Las parcas o moiras mitológicas vuelven durante estos días a la realidad en esta ciudad. Tejen con el hilo de la vida, los productos que los visitantes pueden adquirir.

La artesanía, y productos que generalmente no podremos encontrar en las tiendas se pueden comprar aquí, y para eso numerosos son los visitantes que aprovechan estos tres días para comprar cosas que solo podrán hacerlo en estas fechas.

La ciudad y las murallas se engalanan, para recibir a la marea de visitantes que apenas pueden moverse en algunas de las estrechas calles de Dalt Vila.

Las chicas medievales sonríen a los visitantes del tercer milenio y comparten su día a día medieval con los contemporaneos del siglo XXI.

Mujeres que se afañan y trabajan como se hacía en esa época. Algunas de estos trabajos hace algunas décadas todavía se realizaban con cierta frecuencia en la isla. Hoy ya no, tan solo artesanalmente...

ó hombres que con solo sus manos hacen grandes cestos ó cualquier cosa que el esparto ó similar pueda fabricar...

Payeses y payesas se reunen para trabajar y vender lo que hacen durante esos días en este curioso mercado.
Y para comer nada como una buena carne, como la de antes, hecha a la brasa y en donde el olor a carne se distribuye por todas las calles abriendo el apetito de los cansados visitantes.
Tres días intensos que ya forman parte de unas fechas que muchos visitantes ya marcan en sus agendas.
Segundo fín de semana de mayo.