miércoles, 19 de junio de 2013

BAIXAR A SES BALANDRES

BAJANDO POR "SES BALANDRES"
Sin duda es uno de los lugares más impresionantes de la isla aunque poco conocido (tal vez debo añadir que afortunadamente). Un lugar que con casi 200 metros de altura sobre el nivel del mar, se puede bajar sabiendo el camino aunque nos encontremos con alguna dificultad que con ayuda de no tener o disimular el vértigo podemos superar.
En esta ocasión, fue un día de principios de junio con el lugar adornado por una intensa flora local, poco usual el resto del año, aunque en invierno es un lugar donde abundan los helechos por el elevado grado de humedad, aunque en verano es mucho más seco. Por tanto uno de los mejores momentos para visitar el lugar sería entre marzo y julio, aunque cualquier época del año es buena.
La primera dificultad no es tal ya que incorpora una escalera de madera que obviamente si no existiese el acceso no sería posible. Aunque no se ve en las imágenes, estamos entre dos inmensas paredes de rocas, que harían las delicias de algunos intrépidos escaladores.
Si antes era la flora la que invadía el paisaje ahora son los pinos que nos acompañarán hasta casi abajo del todo. Mientras tanto si miramos hacia atrás vemos la escalera por donde hemos bajado casi a lo lejos y de fondo la impresionante pared de roca.
Entre los verdes pinos, se asoma el azul del mar. Los pinos y el mar nos ofrecen unas deliciosas vistas a medida que nos acercamos al mar a través del pequeño sendero. En esta excursión las prisas serían malas compañías...
Los pinos a medida que bajamos van desapareciendo dejando protagonismo al mar, que desde media altura se nos aparece en un color turquesa y tan claro que nos deja divisar el fondo. Abajo se ven lugares que son aptos para el baño. Eso sí, olvidándonos por completo de chiringuitos, socorristas o cualquier cosa que suele existir en una playa convencional. Aquí la naturaleza y el silencio son los únicos compañeros de excursión.
Esta excursión no es recomendable para todo el mundo. Si algunas de las personas no quieren bajar hasta abajo no se debe insistir, de todos modos si se ha conseguido llegar hasta un punto y uno quiere esperar al resto de la excursión que decide bajar, puede estar disfrutando de unas vistas increíbles sobre el mar y el paisaje de precipicios que ofrece este lugar hasta que el resto regrese.
En algunos puntos una cuerda es una ayuda impresionante, tal vez es el momento más delicado del trayecto y cada cual debe decidir si sigue o se queda arriba. En la foto no se puede observar la verticalidad de esta pared que tiene algunos huecos para poner la punta del pié, mientras hay que bajar agarrándose por la cuerda, después de bajar hay que subir...
En todo caso siempre llegados a este punto antes de la cuerda el paisaje va cambiando, y una especie de dibujo horizontal en la roca es trazado por la misma, formando un curioso dibujo lineal. 
Poca flora queda ya, y los pinos se han quedado arriba, a veces con algunos miembros de la excursión que no han querido bajar. Para los que han bajado sigue la excursión...
Una vez llegados a este lugar podemos darnos un baño (dependiendo de la época o del día escogido), y parar un poco la marcha para disfrutar de los impresionantes acantilados desde abajo. Es tiempo para descansar y recuperar fuerzas para el ascenso. Aquí podremos ver también las casitas varadero (ver siguiente entrada) que se encuentran en este lugar y que son la razón de las cuerdas y escaleras para facilitar la bajada a los pescadores del pequeño pueblo de Santa Agnés de Corona.
 

sábado, 8 de junio de 2013

VARADORS DE SES BALANDRES

VARADEROS EN SES BALANDRES
Después de una larga bajada, con alguna dificultad, nos encontramos justo al borde del mar. Un mar claro, y que nos invita a darnos un baño. Una de las cosas que más nos pueden sorprender son el gran número de casetas de pescadores que nos encontramos aquí ya que el camino no debía ser fácil ni sigue siéndolo para los propietarios de pequeñas embarcaciones que deben tener aquí guardadas sus barquitas y sus enseres de pesca.
Algunas debieron ser tiempo atrás casetas que tenían sus railes para las embarcaciones hasta el mar, pero que debido a su nulo uso, éstos raíles se han perdido. Pero tal vez la caseta varadero tiene otros usos como pueden ser los del fin de semana, ya que una atípica chimenea nos podría indicar que puede servir de caseta para pasar algún día y hacer alguna comida.
Unas cuatro casetas están juntas en una especie de varadero grande. Sorprende las casetas laterales al lado de la gran pared del precipicio, que tal vez sirve para guardar enseres como redes y demás artilugios de pesca.
La rocosa zona de la zona baja del precipicio, hace un fuerte contraste con el azul intenso del mar, pero hace juego con el color de roca de "ses margalides" unos roques que están justo frente a nosotros.
Algunas puertas fuertes, denotan el salitre del mar, que las hace parecer algo más rudas y el óxido se extiende por toda la madera.
Algunas casetas sorprenden por su emplazamiento. Esta de arriba es muy curiosa ya que se encuentra inusualmente situada tierra adentro, y además encima se yergue un roque bastante elevado.
Mucho más cerca del mar estas tres casetas que están dentro de un grupo de casetas también resulta curiosa y no debió ser nada fácil su construcción.
En todo caso todos los varaderos de esta zona disfrutan de unas espectaculares vistas, de un color de mar increíble y de un lugar que podría bien ser algo parecido al paraíso.